Gracias a nuestra dilatada trayectoria como carniceros, en Carnicería San Cayo sabemos bien que hay una serie de cortes de carne que no necesitan presentación. Es el caso, por ejemplo, del costillar, del chuletón o del solomillo, que todo el mundo reconoce fácilmente. En cambio, también existen otras opciones menos populares, pero igualmente sabrosas, que merece la pena descubrir. Buen ejemplo de ello es el solomillo del carnicero, también llamado filete del carnicero, bocado del carnicero, falso solomillo o solomillo del pobre, un corte que se ha puesto de moda en los últimos tiempos.

Qué es exactamente el solomillo del carnicero

El corte conocido como solomillo del carnicero procede de la espaldilla de ternera. Si afinamos más, se obtiene de la parte del cañón de la espaldilla, ubicado en la parte superior de la paletilla del animal.

Esta pieza presenta una forma redondeada y está atravesada por un nervio que la divide en dos. Dicho nervio afea la estética del filete, haciendo que mucha gente lo descarte por ello.

Pero en realidad, ese peculiar nervio es un gran punto a su favor. Al igual que sucede con el morcillo, el nervio del solomillo del carnicero se vuelve gelatinoso y meloso durante el cocinado, otorgándole una increíble terneza y jugosidad a la carne.

Por qué se le conoce así

Hay diferentes versiones de por qué se ha terminado nombrando este corte como solomillo del carnicero.

Por un lado, la que lo atribuye a la fealdad del corte. A la gente podía no parecerle apetecible y por eso se quedaba sin vender. Era entonces el carnicero quien lo degustaba en casa en lugar de tirarlo o utilizarlo para carne picada. Al fin y al cabo, aunque sea menos bonito que otros cortes, es delicioso.

Precisamente los magníficos resultados de su cocinado, que bien podrían compararse a un buen solomillo, estarían detrás de que los astutos carniceros quisieran disfrutar de este manjar, desconocido por la gran mayoría de clientes.

Cómo cocinarlo

El nervio que atraviesa el solomillo del carnicero, lo hace ideal para un guiso o estofado. Pero también se puede asar al horno (como si fuese un rosbif), o preparar a la barbacoa, ya que queda delicioso.

Por otro lado, hay quienes lo cocinan a la plancha o empanado, incluso para preparar jugosas brochetas.

La verdad es que se trata de una carne tan tierna y jugosa, que prácticamente le vienen bien todos los cocinados. Y vosotros, ¿lo habéis probado? ¿Cómo lo tomáis en casa?