Hoteles para cerdos

¿Hoteles para cerdos? No, no nos hemos vuelto locos. Recientemente ha aparecido una noticia cuando menos sorprendente, que como no podía ser de otra manera, proviene de China. Al parecer en una región del sur de China una gran empresa ha abierto diferentes edificios destinados a ser hoteles para cerdos.

Hoteles para cerdos

Aunque puede parecer una broma, estos hoteles para cerdos no son más que una forma diferente de organizar una granja de explotación porcina. En España estamos acostumbrados a que las granjas de cerdos sean horizontales, en una sola planta, separando a los animales según edades o tamaños.

Este grupo empresarial ha considerado que clasificar a los cerditos por edades y separarlos por pisos puede ser una buena idea. Este método colocaría a los lechones o cerditos más pequeños en las plantas superiores del edificio y, según van creciendo van bajando de planta.

Según las informaciones facilitadas, para mover a los animales utilizan ascensores, como si de un hotel para personas se tratase. Además, las instalaciones cuentan con modernos mecanismos de climatización y ventilación de las “habitaciones”, que supuestamente ayudan a mejorar el bienestar de los animalitos.

Lo que ya no sabemos es si también les ponen música clásica para amenizarles la estancia y si entre las instalaciones de estos particulares hoteles para cerdos están contempladas zonas al aire libre donde puedan caminar tranquilamente y ejercitar sus músculos.

¿Qué opináis vosotros? ¿Pensáis que este curioso alojamiento mejora las condiciones de los cerdos? ¿O se trata de un sistema diferente de organización para aprovechar cada centímetro de terreno edificando hacia el cielo?

Sea como fuere, es una forma diferente de granja porcina. El tiempo dirá si les ha merecido la pena o si se trata de una excentricidad de los propietarios.

En Carnicería San Cayo os ofrecemos la mejor carne de cerdo procedente de explotaciones nacionales, siempre con la mejor calidad de materia prima y el mejor asesoramiento de nuestro personal, ¡qué no os engañen como a chinos!