La carne de pollo es muy suave y fácil de masticar, lo que la convierte en el ingrediente perfecto para muchas elaboraciones y para todas las edades. A pesar de sus numerosos beneficios para la salud, sobre la carne de pollo siguen existiendo numerosas creencias que no son necesariamente ciertas. Por eso, hoy desde Carnicería San Cayo desmentimos diferentes mitos sobre la carne de pollo.
Los mitos sobre la carne de pollo más extendidos
Al igual que sucede con otros tipos de carne, la de pollo no está exenta de falsas creencias populares que menoscaban sus verdaderas cualidades. Por ejemplo, los mitos que hablan sobre su contenido en antibióticos o en agua adicional.
Hormonas y antibióticos
Entre los mitos sobre la carne de pollo que más daño hacen está el de que contiene hormonas y antibióticos nocivos para nuestra salud.
Antaño es verdad que se utilizaban determinadas sustancias que favorecían el engorde de los animales. Sin embargo, hoy en día en España contamos con una férrea normativa sobre la crianza de animales para su consumo, que prohíbe su uso.
No obstante, no hay que confundirlo con los posibles medicamentos que precisan los animales durante su vida. Simplemente, en caso de tener que utilizarlos, es obligatorio esperar el tiempo marcado por ley para poder sacrificar el animal para su consumo. De este modo, se garantiza que dichas sustancias no estén ya presentes en la carne a la venta.
La piel del pollo
En la misma línea del epígrafe anterior, la piel del pollo ha sido vetada durante mucho tiempo por la posible presencia de hormonas, antibióticos y bacterias.
Por un lado, la carne a la venta carece de hormonas y antibióticos nocivos, por lo que tampoco están en su piel. Por otro lado, las posibles bacterias presentes en la piel y carne del pollo, se eliminan con el cocinado.
Como único consejo, no es recomendable lavar la carne de pollo antes de cocinarla. Así se evita que las posibles bacterias que pueda tener se propaguen por la tabla de cortar y los utensilios de cocina, contaminando superficies y alimentos en crudo.
Agua de la carne
Otro de los mitos sobre la carne de pollo que siguen circulando por ahí es la creencia de que se le inyecta agua para que pese más. Nuevamente, la normativa española no permite este tipo de manipulación de la carne fresca. Por lo que, la cantidad de agua presente en cada carne depende de sus características propias, alimentación, etc.
Otros mitos sobre el pollo
El color de la carne
Hubo un tiempo en el que se decía que la carne de pollo de tonalidad amarillenta era tintada. Nada más lejos de la realidad.
Además de la propia genética de cada raza de pollo, su alimentación puede influir en el color de la carne y de su grasa. Por ejemplo, las dietas que incluyen maíz o son ricas en alimentos con carotenos, pueden modificar su aspecto, sin ser por ello perjudicial para la salud.
Por otra parte, existen diferentes razas de pollo, cuyo color varía por naturaleza. De hecho, aunque se asocie la carne amarillenta con pollo de corral, no siempre tiene que ser así. Hay pollos de corral que son blanquecinos y pollos de granja amarillentos.
Consumo durante el embarazo
¿Quién inventaría que las embarazadas no podían tomar pollo?
Tal y como sucede con otros alimentos, el cocinado durante el embarazo debe ser cuidadoso. La carne de pollo debe cocinarse muy bien para que no quede cruda. De este modo, se evitan bacterias que podrían afectar el desarrollo del bebé.
Ahora que ya conocéis los principales mitos sobre la carne de pollo, podéis consumirla con tranquilidad, siempre que la cocinéis adecuadamente. Por nuestra parte, desde Carnicería San Cayo, ponemos a vuestra disposición excelente carne de pollo, tanto fresca como en elaborados, para el disfrute de toda la familia.
Finalmente, si os ha parecido interesante, no os perdáis los mitos sobre la carne roja y los mitos sobre la carne de cerdo.
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