La cocina española está repleta de recetas tradicionales hechas con materias primas de primera calidad. Un buen ejemplo de ello es el cachopo asturiano, una elaboración que enamora a quien la prueba. Hoy en Carnicería San Cayo os hablamos de esta tentación hecha carne.
Qué es el cachopo asturiano
El cachopo es un plato originario de Asturias, pero que ha ganado tanta popularidad que se ha extendido por todo el territorio nacional.
En esencia, el cachopo tradicional se compone de dos filetes finos de ternera que se rellenan con jamón serrano y queso y se empanan para servirse fritos.
A partir de esta receta base pueden crearse miles de versiones, tanto variando el tipo de carne como el contenido. De hecho, hoy en día es fácil encontrar cachopos de pollo, de cerdo, etc. Lo importante es que la carne sea de excelente calidad, como la que ofrecemos a nuestros clientes en Carnicería San Cayo.
En cuanto a los rellenos, en la variedad está el gusto, dejando el resultado en manos de la creatividad de quien los prepara.
Cómo prepararlo en casa
Una parte fundamental del cachopo son los filetes elegidos. Deben ser finos y tiernos y de tamaño muy similar para facilitar su montaje.
En caso de que los filetes sean más gordos de lo deseable, lo ideal es utilizar un espalmador o alguno de los trucos para ablandarlos y aplanarlos. Por otro lado, en caso de que los filetes sean muy dispares en tamaño, siempre queda el truco de recortarlos para que sean lo más semejantes posible.
Una vez lista la carne, toca elegir el relleno. Un buen cachopo contiene un queso que se funda durante el cocinado. Dependiendo del tipo de queso, pueden añadirse unos ingredientes u otros.
Por ejemplo, los quesos tipo Cabrales o queso azul tienen un sabor fuerte, agradecen acompañantes de sabor más suave, como unos champiñones o unas setas. Otra opción es preparar un cachopo tradicional y por otro lado una salsa de queso fuerte. Así cada comensal elige la cantidad que desea ponerle a su plato.
Los quesos más suaves son más versátiles y admiten ingredientes más potentes. Pero además, el cachopo asturiano admite perfectamente los pimientos de piquillo, la cebolla caramelizada, la cecina o el chorizo y la morcilla de Asturias.
Rellenar, empanar, freír y disfrutar
Tras elegir el cachopo, hay que montarlo para freírlo. Para ello, se pone un filete como base, se coloca el relleno encima con cuidado de que no desborde. Luego, se cubre con el otro filete y con cuidado se empana, pasándolo por harina, huevo y pan rallado.
Hay quienes cambian el empanado, haciendo un doble empanado: pan rallado, huevo y de nuevo pan rallado. También puede modificarse el empanado añadiendo ajo en polvo, perejil, queso rallado o incluso maíz frito triturado. Nuevamente, experimentar es la mejor manera de elegir el cachopo perfecto de cada comensal.
El cachopo montado se fríe con cuidado para que no se desmonte y se pasa por un papel de cocina para que suelte el exceso de aceite.
Ya solo queda disfrutar de vuestro cachopo asturiano, ¡que aproveche!
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